
Diez años atrás un puñado de cordobeses participaba del cónclave de Unesco en Australia. El resto se conformaba con morderse las uñas, esperando que el camino de las estancias y la Manzana Jesuítica fueran declarados Patrimonio de la Humanidad. La epopeya mediterránea, se consumó aquella tarde en Sidney.
Aquel 2 de diciembre de 2000, el circuito integrado por la Estancias de Alta Gracia, La Candelaria, Santa Catalina, Jesús María y Colonia Caroya, y la manzana céntrica entre Obispo Trejo y Vélez Sársfield, Duarte Quirós y Caseros, obtuvo reconocimiento mundial.
Desde entonces, más de un millón de personas ha recorrido esos muros y anaqueles. El acto recordatorio comenzó ayer con una misa. Luego hubo tres agrupaciones corales. La manzana estaba iluminada a pleno, y por la noche fue una fiesta.
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