MEDICOS SIN FRONTERAS

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Más de cuarenta argentinos están en carrera para convertirse en santos


Un empresario, un enfermero, una niña, un aborigen, un empleado administrativo con más de medio siglo de servicio y una madre con cáncer que se negó a abortar se cuentan entre los 44 argentinos de nacimiento o por adopción que integran la nómina de candidatos a santos. Con todo, las candidaturas de monjas, un total de 20, son mayoría, seguidas por las de sacerdotes, que suman 13.
Así surge de un relevamiento que acaba de hacer la Conferencia Episcopal en el marco de una campaña para promover las causas de canonización que permitan que argentinos lleguen a los altares. Hasta ahora, sólo uno logró a ser declarado santo , el hermano lasallano Héctor Valdivielso Sáez, quien murió muy joven fusilado en España, durante una revuelta previa a la guerra civil.
De entre los 44 seis ya fueron declarados beatos, o sea, reconocidos en el nivel previo a la santidad : las religiosas Nazaria March Mesa, María del Tránsito Cabanillas y Ludovica De Angelis; el enfermero Artémides Zatti; la niña Laura Vicuña, y el aborigen Ceferino Namuncurá, este último proclamado en una multitudinaria ceremonia celebrada en 2007 en Río Negro.
El proceso de canonización es un mecanismo largo y complejo . Comienza cuando el obispo del lugar donde murió el candidato acepta –con acuerdo del Vaticano– la introducción del caso, luego de evaluar que, en principio, el postulado tiene méritos suficientes. Entonces, éste pasa a ser Siervo de Dios, iniciándose un riguroso estudio de su vida. En este grupo se encuentran 30 argentinos.
En una segunda etapa, la biografía pasa a estudio de la congregación para la Causa de los Santos de la Santa Sede, donde se inicia la elección propiamente. Allí, si finalmente se determina que el candidato vivió las virtudes cristianas de modo excepcional (estudio que puede llevar décadas), se lo declara Venerable.
En esa condición se encuentran ocho. Son las religiosas María de la Paz y Figueroa, Catalina Rodríguez, Camila Rolón, Eleonora López de Maturana y María Crescencia Pérez; el sacerdote José Gabriel Brochero (que le da su nombre a un pueblo en Córdoba), y los frailes Mamerto Esquiú y José León Torres.
Luego, para que el candidato sea declarado beato, hace falta que se compruebe que Dios obró un milagro por su intercesión . Milagro que por lo general es una curación que no tiene explicación científica, para lo cual se requiere un dictamen de una junta médica del Vaticano. Si se comprueba un segundo milagro, es proclamado santo. También el candidato puede ser canonizado si murió martirizado, en cuyo caso no hacen falta los milagros.
El relevamiento permite inferir que ninguno de los seis beatos argentinos está próximo a ser proclamado santo . Porque admite implícitamente que en ninguno de esos casos se encuentra en estudio, al menos en una fase decisiva, un eventual segundo milagro.

Algunos ejemplos
Ceferino Namuncurá:
Nieto del cacique Calfucurá, nació en 1886 en Chimpay y murió en Roma en 1905, a los 19 años, de tuberculosis. Educado con los salesianos de la Patagonia, quería ser sacerdote. Se caracterizó por su fe y su ferviente deseo de proclamar el Evangelio a sus coterráneos aborígenes. Es beato desde 2007.

Artémides Zatti: Nació en 1880 en Italia, llegó a los 17 años al país y murió en 1951. Se consagró a la atención de los enfermos en el hospital San José de Viedma durante 40 años, hasta su muerte. Con su bicicleta visitaba a los enfermos de esa ciudad y Carmen de Patagones. Fue coadjutor salesiano. En 2002 fue declarado beato.

Madre Camila Rolón: Nació en San Isidro en 1842 y murió en Roma en 1913. Fundó la congregación de las Hermanas Pobres Bonarenses, desde donde estableció una enorme obra religiosa y social. A su muerte contaba con 29 casas en el país, Uruguay, Italia y España. Sus restos reposan en una capilla de Muñiz. Es Venerable.

El Cura Brochero: Nació en 1840 y murió en 1914. Se desempeñó en Traslasierra, Córdoba. Fue un gran promotor de los retiros espirituales, de los que llegaron a participar 70.000 personas. Impulsó la construcción de escuelas, caminos y riegos. A lomo de mula, recorría las sierras para llevar el Evangelio. Es Venerable.

Enrique Shaw: Nació en 1921 en Buenos Aires, se casó, tuvo 9 hijos y murió a los 41 años. Fue directivo de Cristalerías Rigolleau, activo miembro de la Acción Católica y fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa. En su lecho de enfermo, necesitado de sangre, se presentaron todos sus obreros. Es Siervo de Dios.

Cecilia Perrín: Nació en 1957 en Punta Alta, Córdoba, y murió en 1985, a los 28 años. Católica ferviente, un año antes se había casado y quedado embarazada. Le detectaron un cáncer, pero se negó a practicarse un aborto para someterse a un tratamiento, dando su vida por la de su hijo. Es Sierva de Dios.
Fuente: www.clarin.com.ar

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